¡Bienvenidos a Marrakech! A tu llegada al aeropuerto te estará esperando nuestro equipo para darte la bienvenida y acompañarte hasta tu alojamiento en el corazón de la medina. Aquí comienza tu aventura por el sur de Marruecos.

Este primer día es perfecto para aclimatarte, pasear por las callejuelas cercanas al riad y disfrutar del ambiente vibrante de la ciudad roja. Si te animas, puedes dar una vuelta por la plaza Jemaa el-Fna y empezar a saborear la magia marroquí.

Después del desayuno, salimos rumbo al sur cruzando las montañas del Alto Atlas por el paso de Tizi N’Tichka (2.260 metros). El trayecto es toda una experiencia visual: paisajes montañosos, pueblos bereberes, curvas panorámicas y colores que cambian a cada kilómetro.

Hacemos parada en la Kasbah de Ait Ben Haddou, un conjunto de arquitectura tradicional de barro declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aquí se han rodado películas como Gladiator, Juego de Tronos o La Momia. Te encantará perderte entre sus callejuelas de adobe.

Continuamos hacia Ouarzazate y cruzamos el Valle de las Rosas hasta llegar al impresionante Valle del Dades, conocido por sus gargantas y formaciones rocosas. Noche en un alojamiento típico rodeado de naturaleza.

Empezamos el día con un recorrido por el Valle del Dades y nos dirigimos hacia las majestuosas Gargantas del Todra, uno de los cañones más espectaculares de Marruecos. Las paredes de roca alcanzan hasta 300 metros de altura y es un lugar ideal para hacer fotos y disfrutar de la naturaleza.

Seguimos hacia Erfoud, famosa por sus fósiles y su ambiente sahariano. Finalmente llegamos al desierto de Merzouga, donde nos esperan los dromedarios para cruzar las dunas del Erg Chebbi. Al atardecer, el cielo se tiñe de colores mágicos mientras llegamos al campamento de jaimas tradicionales. Noche en medio del desierto bajo un cielo estrellado inolvidable.

Hoy nos despertamos con el amanecer entre las dunas. Después del desayuno en el campamento, hacemos una ruta en 4×4 por el desierto. Visitamos a una familia nómada que vive entre las dunas, compartiendo un té y conociendo su forma de vida sencilla pero auténtica.

También visitamos el pueblo de Khamlia, habitado por descendientes de esclavos originarios del África negra. Aquí disfrutaremos de una actuación tradicional de música gnawa, un estilo espiritual y ancestral que te pondrá los pelos de punta.

El resto del día lo dedicamos a disfrutar del desierto con calma. Puedes pasear por las dunas, descansar en el alojamiento o simplemente contemplar el silencio del Sahara.

Tras desayunar, emprendemos el camino de regreso hacia Marrakech, pero no sin antes atravesar paisajes que te dejarán sin aliento. Pasamos por el Valle del Draa, el más largo de Marruecos, con sus infinitas palmeras, kasbahs antiguas y pueblos de adobe.

Hacemos paradas para estirar las piernas, tomar fotos y descubrir rincones ocultos. Llegamos a Marrakech por la tarde, donde nos espera el bullicio de la ciudad, en contraste con el silencio del desierto. Noche libre en la medina.

Hoy toca descubrir Marrakech de la mano de un guía local. Empezamos visitando la Mezquita Koutoubia, símbolo de la ciudad, y seguimos por el Palacio de la Bahía, un ejemplo de la arquitectura andalusí marroquí. También exploramos las Tumbas Saadíes, escondidas durante siglos, y los zocos tradicionales, donde los colores, olores y sonidos te envuelven.

La visita termina en la famosa plaza Jemaa el-Fna, donde encantadores de serpientes, músicos, narradores de cuentos y puestos de comida hacen de este lugar un espectáculo único. Tarde libre para descansar o seguir explorando a tu aire.

Dependiendo del horario de tu vuelo, tendrás tiempo para hacer algunas compras, tomar un último té a la menta o simplemente relajarte en el riad. A la hora indicada, traslado al aeropuerto y fin de este viaje que, seguro, se queda contigo para siempre..