¡Bienvenido a Marruecos! Te recogeremos en el aeropuerto de Marrakech según la hora de tu llegada. Nuestro conductor te estará esperando con un cartel y una sonrisa para llevarte directamente al riad donde vas a dormir. Si llegas temprano, tendrás la oportunidad de salir a dar una primera vuelta por la plaza Jemaa el-Fna, tomar un zumo natural o relajarte en la terraza del riad. Este día es para aterrizar, desconectar del viaje y empezar a conectar con el ritmo marroquí. Noche en un riad típico en el corazón de la medina.

Después de desayunar, nos espera una visita guiada por los rincones más bonitos de Marrakech. Con un guía local descubrirás los secretos de la ciudad roja. Empezaremos por la Mezquita Koutoubia (solo vista exterior), la más emblemática de Marrakech, y seguiremos con el Palacio de la Bahía, lleno de patios, mosaicos y jardines andalusíes que te harán viajar al pasado.

Visitaremos también las Tumbas Saadíes, un rincón escondido con mucha historia, y pasearemos por los coloridos zocos, donde se mezclan olores de especias, artesanía de cuero, alfombras, lámparas y mucho más. Tendrás tiempo para probar algún dulce típico o curiosear entre tiendas.

La visita acaba en la Plaza Jemaa el-Fna, donde cada rincón tiene vida: cuentacuentos, músicos, encantadores de serpientes y comida callejera con sabor marroquí. Por la tarde tendrás tiempo libre para seguir explorando a tu ritmo, o relajarte en un hamman tradicional. Noche en Marrakech.

Hoy dejamos atrás el bullicio de Marrakech y nos dirigimos hacia la costa atlántica. Salimos en dirección a Essaouira, una de las ciudades costeras más bonitas de Marruecos, también conocida como “la perla del Atlántico”. Durante el camino atravesaremos zonas de cultivo de argán, donde es común ver cabras trepando a los árboles. Si te interesa, podemos parar en una cooperativa de mujeres que producen aceite de argán artesanal.

Al llegar a Essaouira, tendrás el día libre para disfrutar a tu aire de su ambiente relajado. Podrás pasear por su medina amurallada, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, caminar junto a la playa, visitar el puerto pesquero lleno de barcas azules, probar marisco fresco o simplemente dejarte llevar por sus calles llenas de arte, diseño y música. Essaouira es famosa por su vibra bohemia y tranquila. Dormiremos en un riad acogedor dentro de la medina.

Después del desayuno, seguimos la ruta bordeando el océano Atlántico. Nuestra primera parada será en Safi, una ciudad costera conocida por su cerámica tradicional. Podrás ver los hornos antiguos, las tiendas de alfarería y la fortaleza portuguesa que domina el mar.

Continuamos hacia El Jadida, otra ciudad con huella portuguesa, donde visitaremos la famosa Cisterna Portuguesa, un lugar mágico con columnas de piedra y reflejos que te dejará sin palabras. Después daremos un paseo por la medina y la antigua muralla frente al mar.

Por la tarde llegaremos a Casablanca, la capital económica de Marruecos. Si el tiempo lo permite, haremos una parada para visitar la Mezquita Hassan II, una de las más grandes del mundo y la única en Marruecos que permite la entrada a no musulmanes (opcional). Está construida justo al borde del mar y es impresionante. Noche en hotel en Casablanca.

Después del desayuno, nos despedimos de Casablanca para seguir rumbo al norte. Nuestra primera parada es Rabat, la capital de Marruecos. Haremos una visita panorámica para ver los principales lugares: la Torre Hassan, el Mausoleo de Mohamed V y los exteriores del Palacio Real. Rabat es una ciudad elegante, tranquila y llena de historia.

Luego seguimos hacia Meknes, una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos, conocida como “la Versalles marroquí”. Aquí visitaremos la puerta Bab Mansour, una de las más impresionantes del país, la plaza El-Hedim, y daremos un paseo por los antiguos graneros del sultán Moulay Ismail.

Por la tarde llegamos a Fez, la ciudad espiritual y cultural de Marruecos. Nos alojaremos en un riad tradicional dentro de la medina, donde podrás empezar a sentir el ambiente único de esta ciudad medieval. Cena libre y descanso.

Hoy dedicamos el día entero a descubrir Fez con un guía local. Después del desayuno, empieza la aventura por una de las medinas más antiguas y grandes del mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad. Es como un laberinto de callejones, lleno de vida, olores y sonidos.

Visitaremos la Medersa Bou Inania, una antigua escuela coránica decorada con madera y yeso tallado, la universidad Al-Qarawiyyin, considerada la más antigua del mundo aún en funcionamiento, y pasaremos por los zocos donde se venden desde especias y perfumes hasta babuchas y lámparas.

Uno de los momentos más curiosos será cuando lleguemos a las curtidurías de Fez, donde todavía hoy se tiñen los cueros de forma artesanal. Verás desde lo alto las tinas de colores y entenderás cómo trabajan los artesanos.

La visita guiada incluye también la parte andalusí y judía de la ciudad, y por supuesto, habrá tiempo libre para comer algo típico como un tajine de cordero con ciruelas o una pastela. Por la tarde, puedes descansar o seguir explorando por tu cuenta.

Tras desayunar, dejamos atrás la ciudad imperial de Fez para adentrarnos en el Marruecos más natural y auténtico. Cruzaremos el Medio Atlas, pasando por paisajes de montaña, bosques de cedros y pueblos bereberes.

Haremos una parada en Azrou, donde, si tenemos suerte, veremos a los simpáticos monos de Berbería en libertad. Continuamos por el puerto de montaña de Midelt, una zona tranquila rodeada de naturaleza. Más adelante, bajaremos hacia el valle del Ziz, un oasis espectacular con miles de palmeras, kasbahs de adobe y pueblos tradicionales.

Por la tarde llegamos al desierto de Merzouga, donde ya empiezan a verse las primeras dunas del Erg Chebbi. Te alojarás en un hotel junto a las dunas o, si prefieres, puedes dormir en un campamento en mitad del desierto, bajo un cielo lleno de estrellas. Aquí empieza la magia del Sahara.

Hoy es uno de los días más especiales del viaje. Después del desayuno, salimos en 4×4 para recorrer el desierto de Merzouga. Visitaremos familias nómadas bereberes, que nos recibirán en sus haimas y nos enseñarán su forma de vida sencilla y conectada con la tierra.

Seguimos hacia el pueblo de Khamlia, famoso por su comunidad originaria de Malí y su música tradicional gnawa. Disfrutaremos de una actuación en vivo mientras tomamos un té con menta, algo que te llega al alma.

También pasaremos por minas de kohl (maquillaje negro natural), lagos estacionales si hay agua, y miradores con vistas espectaculares de las dunas. Por la tarde, tendrás la opción de hacer un paseo en dromedario para ver la puesta de sol desde lo alto de una duna. Una experiencia inolvidable. Cena tradicional y noche mágica en el desierto.

Después de ver amanecer entre las dunas y disfrutar de un buen desayuno en el desierto, volvemos a ponernos en marcha para continuar nuestra aventura por el sur de Marruecos. Hoy nos vamos por una ruta poco turística y muy especial: el desierto de Ouzina, un lugar más salvaje y tranquilo que Merzouga.

Pasamos por el pueblo de Taouz, al borde de las dunas, y cruzamos pistas desérticas para llegar a Ouzina, donde la arena tiene tonos anaranjados y el silencio es absoluto. Aquí vive gente hospitalaria que aún conserva tradiciones muy auténticas. Seguimos la ruta hacia Sidi Ali, un oasis entre montañas desérticas, con pozos tradicionales y vistas únicas.

Por la tarde llegamos a Zagora, una ciudad conocida por su famoso cartel que dice: “Timbuktú 52 días” (el tiempo que se tardaba en caravana hasta Malí). Zagora es una ciudad con alma sahariana, rodeada de palmerales y de arquitectura de adobe. Cena y descanso en un riad.

Después del desayuno, seguimos nuestro recorrido hacia el norte, atravesando el Valle del Draa, uno de los más largos y bellos de Marruecos. Aquí el paisaje cambia constantemente: palmerales infinitos, pueblos de adobe, montañas rojizas… Un espectáculo visual.

Hacemos una parada en Tinghir para visitar las impresionantes Gargantas del Todra, un cañón de roca de más de 300 metros de altura que se ha convertido en un lugar de peregrinaje para escaladores. También es ideal para un paseo refrescante entre las paredes del desfiladero.

Por la tarde llegamos al Valle del Dades, famoso por sus formaciones rocosas en forma de “dedos de mono” y sus serpenteantes carreteras. Te alojarás en un riad con vistas al valle, donde podrás relajarte y cenar tranquilamente mientras cae la noche sobre el paisaje montañoso.

Hoy dejamos el valle atrás para seguir rumbo a Marrakech. En el camino, haremos una parada en Ouarzazate, conocida como “la puerta del desierto” y ciudad de cine por sus estudios donde se han grabado películas como Gladiator o La Momia.

La joya del día será la visita a la Kasbah de Ait Ben Haddou, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta fortaleza de adobe, con sus torres decoradas y calles estrechas, es uno de los lugares más fotogénicos de Marruecos y un ejemplo perfecto de la arquitectura tradicional bereber.

Después, cruzamos el puerto de montaña Tizi N’Tichka, a más de 2.200 metros de altitud, que ofrece unas vistas increíbles del Gran Atlas. Llegamos a Marrakech por la tarde, y tendrás tiempo libre para descansar o seguir explorando por tu cuenta. Cena libre y alojamiento en un riad.

Dependiendo de la hora de tu vuelo, tendrás tiempo para hacer unas últimas compras en los zocos o tomarte un té en alguna terraza con vistas a la plaza Jemaa el-Fna. A la hora acordada, te llevaremos al aeropuerto de Marrakech con el tiempo suficiente para hacer el check-in sin prisas.

Nos despedimos con la satisfacción de haber compartido un viaje lleno de experiencias auténticas, paisajes increíbles y momentos que no se olvidan.