Salimos temprano desde Marrakech rumbo al sur, cruzando las impresionantes montañas del Alto Atlas por el puerto de Tizi n’Tichka. A lo largo del camino, haremos varias paradas para disfrutar del paisaje, sacar fotos y visitar cooperativas locales de aceite de argán.

La primera gran parada es la famosa kasbah de Ait Ben Haddou, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y escenario de películas como Gladiator o La Momia. Paseamos por sus callejones de adobe y subimos hasta lo alto para disfrutar de las vistas del oasis.

Luego seguimos hacia Ouarzazate, conocida como “la puerta del desierto” y hogar de los estudios de cine más grandes de África. Por la tarde continuamos por la Ruta de las Mil Kasbahs, atravesando pueblos bereberes hasta llegar al Valle del Dades, donde pasaremos la noche en un riad con vistas a las montañas.

Después de un buen desayuno, seguimos nuestra ruta por el sur de Marruecos hacia las Gargantas del Todra, un cañón espectacular con paredes de más de 300 metros. Allí haremos una parada para caminar junto al río y disfrutar de este lugar tan especial, muy popular entre escaladores.

Luego, atravesamos el palmeral de Tinjdad y llegamos a Erfoud, tierra de fósiles y mercados tradicionales. Por la tarde, llegamos a Merzouga, justo al pie de las dunas del desierto de Erg Chebbi. Aquí cambiamos el coche por dromedarios para adentrarnos en las dunas y vivir una puesta de sol mágica desde lo alto.

Pasaremos la noche en un campamento tradicional bereber en pleno desierto, con cena típica, música alrededor del fuego y un cielo estrellado que nunca olvidarás.

Nos despertamos temprano para ver el amanecer en el desierto, uno de esos momentos que se quedan grabados para siempre. Después del desayuno en el campamento, salimos en 4×4 para hacer una ruta por los alrededores del desierto de Merzouga.

Visitaremos a una familia nómada bereber para conocer de cerca su forma de vida, su hospitalidad y cómo sobreviven en estas tierras tan extremas. Luego seguimos hacia el pueblo de Khamlia, habitado por descendientes de antiguos esclavos del África subsahariana, donde nos recibirán con un té y un concierto de música gnawa, una tradición ancestral llena de ritmo y espiritualidad.

Por la tarde regresamos al alojamiento en Merzouga para descansar, dar un paseo por el pueblo o simplemente disfrutar de la tranquilidad del desierto.

Después del desayuno, dejamos atrás las dunas y emprendemos camino hacia el norte. Atravesamos el espectacular Valle del Ziz, con miles de palmeras y kasbahs de adobe, uno de los oasis más bonitos del país.

Continuamos la ruta por el Medio Atlas, pasando por Midelt y luego por Azrou, donde haremos una parada en el famoso bosque de cedros, hogar de los monos de Berbería. Aquí podrás dar un pequeño paseo y, con suerte, ver a estos simpáticos habitantes del bosque.

Llegamos a Fez por la tarde, una de las ciudades más auténticas y fascinantes de Marruecos, donde termina esta aventura inolvidable.