¡Bienvenido a Marruecos! Dependiendo de la hora de tu vuelo, nuestro equipo te recogerá en el aeropuerto de Marrakech y te llevará a tu alojamiento, un riad tradicional con mucho encanto.

Una vez instalado, te espera una visita guiada por Marrakech, la joya roja del país. Junto a un guía local descubrirás los rincones más emblemáticos: los laberintos de la Medina, la impresionante mezquita Koutoubia, el Palacio Bahía, y por supuesto la plaza Jemaa el-Fna, donde la vida bulle a todas horas con músicos, encantadores de serpientes y puestos de zumo natural. Si el tiempo lo permite, también puedes visitar los Jardines Majorelle, un rincón lleno de color y paz. Cena libre y noche en el riad.

Desayunamos y empezamos la ruta hacia el sur de Marruecos, atravesando el puerto de montaña Tizi n’Tichka (a más de 2.200 metros de altitud), una carretera con curvas y paisajes de infarto que cruza las montañas del Alto Atlas.

En el camino, hacemos una parada para conocer la famosa kasbah de Ait Ben Haddou, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Esta fortaleza de adobe ha salido en muchas pelis y series como Gladiator o Juego de Tronos. Seguimos hacia Ouarzazate, conocida como “la puerta del desierto” y famosa por sus estudios de cine.

Por la tarde, cruzamos la ruta de las Mil Kasbahs, llena de fortalezas de adobe entre palmerales y pueblos bereberes. Terminamos el día en el Valle del Dades, donde dormiremos rodeados de montañas rojizas y gargantas impresionantes. Noche en hotel o riad con vistas al valle.

Después del desayuno, seguimos con la aventura y cambiamos de valle: dejamos atrás el Dades y nos adentramos en el Valle del Draa, uno de los más largos y bonitos de Marruecos, con cientos de palmeras, pueblos escondidos y kasbahs tradicionales.

Durante el camino atravesamos pueblitos bereberes, paramos a sacar fotos y tomarnos un té con menta en alguna terraza con vistas. Este es uno de esos trayectos en los que te olvidas del reloj y simplemente disfrutas del paisaje.

Llegamos por la tarde a Zagora, una ciudad en medio del desierto famosa por su cartel de “Tombuctú 52 días” (sí, las caravanas tardaban eso). Aquí pasamos la noche en un alojamiento auténtico y tranquilo, donde descansar bajo las estrellas.

Hoy empieza la parte más aventurera del viaje. Desayunamos y tomamos rumbo hacia el desierto más salvaje y auténtico de Marruecos, el de Ouzina.

Cruzamos pistas de tierra, pasamos por Sidi Ali, un pequeño pueblo aislado que parece detenido en el tiempo, y seguimos por caminos que solo los locales conocen. Aquí no hay asfalto ni masificaciones, solo el desierto puro, tal como lo viven los nómadas.

Llegamos a Ouzina, un lugar mágico entre dunas naranjas y montañas de piedra. Aquí pasaremos la noche en una haima bereber, en pleno desierto. Viviremos una experiencia inolvidable: puesta de sol en las dunas, cena tradicional bajo las estrellas y música tambores junto al fuego. ¡Pura alma sahariana!

Desayunamos temprano en pleno corazón del desierto de Ouzina y nos despedimos de este lugar mágico para seguir la aventura por el Sáhara profundo. Hoy el trayecto es una mezcla entre cultura, naturaleza salvaje y conexión humana.

Empezamos rumbo hacia Taouz, un pequeño pueblo sahariano casi en la frontera con Argelia. La ruta es sobre tierra, atravesando hamadas (desiertos de piedra), oasis escondidos y paisajes que parecen sacados de Marte. En esta zona todavía viven familias nómadas, y si el tiempo y las condiciones lo permiten, haremos una parada para visitarlas, tomar un té con ellos y conocer su forma de vida ancestral, basada en la simplicidad, la hospitalidad y el respeto a la naturaleza.

Seguimos hasta llegar a Merzouga, a los pies de las impresionantes dunas de Erg Chebbi, uno de los desiertos más conocidos y fotogénicos de Marruecos. Aquí puedes subir a las dunas para ver el atardecer, montar en camello o simplemente dejarte llevar por el silencio del desierto. Noche en un campamento bereber o riad tradicional, rodeados de dunas y estrellas.

Después de disfrutar de un amanecer espectacular en el desierto (si te animas a madrugar un poco, verás cómo el sol pinta las dunas de colores dorados), desayunamos y arrancamos rumbo al norte.

Hoy toca atravesar el Valle del Ziz, un enorme palmeral que se extiende entre montañas y donde el contraste entre el verde de las palmeras y el ocre de la tierra es espectacular. Pararemos en algún mirador para sacar fotos y disfrutar del paisaje.

Seguimos subiendo por la cordillera del Medio Atlas, pasando por pueblos tradicionales hasta llegar a Azrou, una zona conocida por sus bosques de cedros y sus monos salvajes (macacos). Si tenemos suerte, podremos verlos de cerca y hasta darles alguna fruta.

Por la tarde llegamos a Fez, la ciudad imperial más antigua de Marruecos, conocida por su cultura, su historia y su increíble medina, una de las más grandes del mundo. Cena libre y noche en un riad encantador dentro de la medina.

Después del desayuno, te espera una visita guiada por Fez, una ciudad que es como un viaje en el tiempo. Acompañados por un guía local, recorreremos los rincones más auténticos de la medina de Fez el-Bali, Patrimonio de la Humanidad, con sus callejones estrechos, zocos llenos de vida, puertas monumentales y talleres de artesanos que siguen trabajando como hace siglos.

Visitaremos la madrasa Bou Inania, la fuente Nejjarine, el mausoleo de Moulay Idriss, y las famosas curtidurías de Chouara, donde aún hoy se tiñen pieles de manera tradicional. También conocerás el barrio judío (Mellah), el Palacio Real desde fuera y otros lugares históricos.

Fez es el alma cultural de Marruecos, y esta visita te dejará con la sensación de haber viajado a otra época. Tarde libre para seguir explorando a tu ritmo o descansar en el riad.

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Y llegó el momento de despedirse de Marruecos… Dependiendo de la hora de tu vuelo, organizaremos el traslado al aeropuerto de Fez con suficiente antelación. Si el horario lo permite, puedes aprovechar para hacer tus últimas compras de artesanía o tomar un último té a la menta antes del regreso.

¡Gracias por viajar con nosotros! Te llevas en la mochila recuerdos inolvidables, paisajes que marcan y la sonrisa de la gente de Marruecos. Nos encantará volver a verte pronto por estas tierras.